Assassin´s Creed: Hermandad (PC/MAC): ¿Estamos contentos?

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¡De vuelta al animus!

Parece ser que al fin Ubisoft tuvo la deferencia de sacar «Assassin´s Creed: Hermandad» para PC y MAC. Lo hizo el 17 de marzo tras habernos tenido a los usuarios de ordenador con más de cuatro meses con los dientes largos.

Os podeís imaginar como estabamos todos los que habíamos jugado a las anteriores partes ya. La espectación era grande, deseabamos poder disfrutar de las aventuras de Ezio Auditore al igual que nuestros amigos de PS3 y X-Box y saltar de tejado en tejado renacentista una vez más en nuestra lucha contra los templarios. ¿Pero estamos realmente contentos?

¡Eso, dales caña!

Pues sí. Tiene sus cosas, claro.  Que sí, que  el juego está muy bonito, que saca partido a todo lo ensayado ya en el anterior juego pero es dificil no sentir que te falta algo. No sabes si son quizá la repetición de personajes o el sentimiento de que lo que jugamos es un capítulo más y ampliado de «Assassin´s Creed 2», pero al final te queda un regustillo en la boca que Ubi ha tenido que colmar con DLC´s como el de «La Desaparición de Leonardo» y aún así, te quedas con ganas de  más.

La idea global es que tras jugar las quince horas de juego (y más), es  la de que AC:H es un buen juego, pero no llega al punto de sorpresa argumental y belleza que tenía sus predecesores. De entrada, el enemigo final, César Borgia, no consigue que le odiemos tanto como podíamos odiar a Roberto de Sable o a Rodrigo Borgia, los anteriores enemigos finales, cuyos tejemanejes hacen parecer a César un pobre aprendiz de megalómano.

Igualmente, el rigor histórico ha sido mucho más fusilado en esta entrega que en las anteriores. Caterina Sforza fue forzada por César repetidas veces, al igual que su hija. Este dato se niega y se obvia en el juego durante la misión de rescate; mas aún, la propia Catherina al ser liberada estaba tan anciana por los malos tratos, que según los cronistas «tenia el pelo blanco».  Por supuesto, debemos ser justos y comprender que son licencias poéticas y narrativas que los señores de «UBI» se pueden permitir tras bordar unos escenarios tan maravillosos y darnos tantas horas de juego.

Bien pensado: ¿A quién diablos le importa el Rigor Histórico?

Ahora bien, lo que no es de perdonar es que practicamente el 85% del juego se desarrolla en Roma. Y lo peor es que nos da la sensación de estar jugando a un GTA versión Renacentista con giros argumentales forzados y trama con misiones traidas por los pelos, muchas de ellas o monótonas y facilongas, o simplemente desesperantes: como la malditas misiones  de las máquinas de Leonardo y los requisitos para conseguir el 100% de éxito en la misión.

Y aún dicho lo dicho el jueguecito se merece un 9 como una casa.   ¡Que pena, solo, que  la sensación final sea la de que  que has comprado/jugado es una expansión para el anterior juego!  Lo cual nos lleva a nuestra siguiente la pregunta: ¿Para cuándo Assassin´s Creed 3? 😀

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